CONFUCIANISMO
En el año 422, es decir,
cerca de mil años después de la muerte de Confucio, un emperador
chino hizo construir un templo junto a la tumba del filósofo, y de
este modo comenzó a desarrollarse un culto que se consolidó
con nuevos homenajes oficiales y llegó hasta las masas populares para
determinar el nacimiento de una secta religiosa con independencia de las
doctrinas confucianas. Confucio se erige en símbolo del odio a extranjeros
y cristianos, a pesar de que el filósofo claramente predicó
que "los hombres de países extraños y lejanos deber ser acogidos
con cortesía, y así recibirán los pueblos de las cuatro
partes de la Tierra riquezas y bienes".
En realidad, sobre los dogmas del confucianismo prevalece una
orientación política que los emperadores tuvieron interés
en arraigar, colocándola bajo la advocación de Confucio y prescindiendo
de sus enseñanzas. El confucianismo como credo religioso admite una
trinidad compuesta por el cielo, la tierra y el hombre, y el culto oficial
comprende tres grados de sacrificios que se ofrecen a la divinidad, a Confucio,
a los dioses de la tierra y al grano, a los espíritus de los hombres
célebres, y a las nubes, la lluvia, los ríos, las montañas
y los mares.