MUERTE DE OLIVERIO CROMWELL
3 de septiembre
Murió Oliverio Cromwell, protector de la República
de Inglaterra
Oliver Cromwell (Huntingdon, Inglaterra,
25 de abril de 1599 - Londres, 3 de septiembre de 1658) fue un líder político
y militar inglés, famoso por haber convertido a Inglaterra en una república
denominada Mancomunidad de Inglaterra (en inglés, Commonwealth of England).
Durante los cuarenta primeros años de su vida no fue más que un labrador
gentilhombre, pero ascendió de forma meteórica hasta comandar un ejército
y, eventualmente, imponer su liderazgo sobre Inglaterra, Escocia e Irlanda
como Lord Protector, del 16 de diciembre de 1653 hasta el día de su muerte.
Cromwell es una figura muy controvertida en la historia inglesa: para algunos
historiadores como David Hume y Christopher Hill, no es más que un dictador
regicida; para otros, como Thomas Carlyle y Samuel Rawson Gardiner, Cromwell
es un héroe de la lucha por la libertad. La carrera de Cromwell está llena
de contradicciones. Fue ciertamente un regicida que se cuestionó si debía
o no aceptar la corona para sí mismo y finalmente decidió no hacerlo, pero
acumuló más poder que el propio Carlos I de Inglaterra. Fue un parlamentario
que ordenó a sus soldados disolver parlamentos. Fanático religioso seguidor
del cristianismo protestante, sus campañas de conquista de Escocia e Irlanda
fueron brutales incluso para los cánones de la época, ya que consideraba
que combatía con herejes. Bajo su mando, el Protectorado defendió la libertad
de culto y conciencia, pero permitió que los blasfemos fueran torturados
ademas de perseguir cruelmente a los católicos. Se mostró a favor del criterio
de equidad en la justicia, pero encerró a aquellos que criticaron su política
de incrementar los impuestos sin el permiso del Parlamento de Inglaterra.
Sus admiradores le saludan como un líder fuerte, estabilizador y con sentido
de Estado, que se ganó el respeto internacional, derrocó la tiranía y promovió
la república y la libertad. Sus críticos le consideran un hipócrita abiertamente
ambicioso que traicionó la causa de la libertad, impuso un sistema de valores
puritano y mostró un escaso respeto hacia las tradiciones del país. Cuando
los monárquicos volvieron al poder, su cadáver fue desenterrado, colgado
de cadenas y decapitado, y su cabeza expuesta durante años para escarnio
público.
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(Escuela Cima)