4.-EL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo en nuestra alma

   La obra de la santificación de los hombres se atribuye al Espíritu Santo. La vida divina que nos santifica, nace, crece y sana por medio de los Sacramentos. Son, pues, los medios de salvación a través de los cuales nos santifica, principalmente, el Espíritu Santo.

   Cuando el alma corresponde con docilidad a sus inspiraciones, ya produciendo actos de virtud y frutos innumerables (Gálatas 5,22), derramando abundantemente su gracia en nuestros corazones: habita en el alma y la convierte en templo suyo; la ilumina en lo referente al conocimiento de Dios; la santifica con la abundancia de sus virtudes, gracias y dones; la fortalece en el bien y reprime sus malas inclinaciones; la consuela (Juan 14,26; 1 Corintios 6,11; Romanos 8,26).

   Si el Espíritu Santo es el Santificador de nuestras almas, es necesario que los hombres nos esforcemos en conocerle, tratarle y seguir sus enseñanzas, demostrando así que le queremos. El trato continuo con el Espíritu Santo aumenta nuestro amor, y en consecuencia nos facilita el seguir con docilidad sus enseñanzas.

   Nuestros deberes para con Él son: a) Presentarle nuestros homenajes  de adoración y amor; b) pedirle sus virtudes y sus dones, tan importantes en la vida cristiana; c) evitar cuanto pueda disgustarlo, y sobre todo el expulsarlo de nuestra alma por el pecado mortal (Efesios 41, 30; 1 Corintios 3,16).

Actividades de Aprendizaje:

1.-Compón un poema donde incluyas  lo siguiente: El amor al Espíritu Santo, donde hables de sus dones y de cómo nos conduce a la verdad. Redáctalo en 4 párrafos de 4 renglones cada uno.

2.-Observa el siguiente video y transcribe la canción. Posteriormente realiza un comentario del mismo



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(Escuela Cima)