18.-EL MANA
Exodo 16
Los israelitas empezaron a
murmurar contra Moisès y contra Dios porque tenìan hambre y
sed. No estaban agradecidos con el Señor por haberlos liberado de la
esclavitud de Egipto. Sin embargo, Dios, que es infinitamente bueno, hizo
que bandadas de aves, agotadas por un largo vuelo, cayeron al lado del campamento
israelita. Tambièn hizo que les cayera el manà sobre el desierto.
La palabra manà significa: ¿"Que es esto?" porque los israelitas
no sabìan què era ese polvo fino que veìan sobre el desierto.
A lo mejor se trata de la resina que a veces sale muy abundantemente de zarzas
de dicho desierto. En el momento màs desesperado, esta ayuda fue para
Israel la prueba de que Dios no lo abandonaba. Este hecho se relata tambièn
en Nùmeros 11,4.
Con este hecho entendemos que el pan de cada dìa es
un don de Dios. Un don hecho a su pueblo al que conduce por un camino difìcil,
un don a Moisès, quien ha corrido todos los riesgos. Este don del pan
del cielo por el que los israelitas pudieron sobrevivir durante los cuarenta
a años que viajaron por el desierto nos recuerda a la Eucaristìa
que es nuestro alimento mientras vivimos en este mundo antes de llegar a nuestro
destino final: el Cielo.