SAN EUDALDO
581 d.C.
11 de mayo
La vida del mártir
San Eudaldo se ha publicado, hasta el presente, llena de equivocaciones,
hijas del poco cuidado en estudiar los antiguos documentos que existían
en los archivos de Cataluña.
Nació Eudaldo el año 535 en Lombardía,
de padres ricos y nobles, descendientes de los logobardos; pero todavía
idólatras. En los primeros años de su juventud, cazando un
día topó con la choza de un santo anacoreta llamado Pancracio,
quien le instruyó en la fe cristiana, y le bautizó, conservándole
el nombre de udaldo , y no Tost, como dicen, nombre cuyo final es realmente
Gépido-Longobardo.
Temeroso de sus padres por haber cambiado de religión,
se embarcó con Pancracio, y vino a Portvendres, donde tomando tierra,
una estrella, que apareció sobre su cabeza, le confirmó en
la fe, e internándose en Cataliña, vivió en un desierto
hasta la muerte de su compañero, pasando después a Tolosa por
inspiración divina, donde se ordenó de sacerdote.
La fama de sus milagros, entres éstos la resurrección
de un niño muerto, sobresaltó su humildad, y volviendo a Cataluña,
llevó desde Tolosa la cabeza de San Saturnino a un lugar crca de Urgel,
llamado después San Saturnino de Tabernolas, donde pensaba erigir
un monasterio. Se presentaron dificultades para ello, y entre tanto
visitó a Roma, obrando prodigios a su paso en Italia, como hacer salir
una fuente de una peña y librar a un niño del demonio que le
ahogaba; y a su vuelta a España, predicando como un apóstol
contra la herejía arriana, como en la Septimania y Novempopularia
hervía la persecución contra los sacerdotes católicos,
suscitada por Leovigildo en 580, fue preso en Achs, azotado y arrastrado
por las calles, y como a pesar de los tormentos se negase a decir Gloria
Patri per Filium in Spiritu Sancto, Guillermo juez arriano le hizo meter
en una cuba llena de puntas, a la que se hacía rodar para destrozarle
con ellas, y por último, elevándole tres clavos en la cabeza
y un estoque en el corazón, murió el día 10 de mayo
del año 581.
Sepultado ocultamente su cuerpo con la tierra regada con
su sangre, al calmar la persecución fue trasladado a la iglesia de
San Vicente de Achs, y después en 978 fue llevado a la villa de Ripoll
en Cataluña por el abad Guidisclo, y colocado en la iglesia del monasterio
benedictino de la misma, hasta que edificado un templo en honor suyo, fue
trasladado a éste en 9 de agosto del año 1004.