JESÚS Y LOS MERCADERES DEL TEMPLO
Juan 2,13-22
Para comprender este texto
del Evangelio hay que entender qué representaba el Templo de
Jerusalén para los israelitas. Este es el Templo construido
por el rey Salomón y los israelitas pesaban que Dios únicamente
estaba en ese lugar. Si se quería ir a hablar con Dios había
que ir al Templo. Recordemos por otro lado que la Fiesta de la Pascua es
la Fiesta donde se celebra la salida de Egipto, en ella se comía pan
sin levadura y se consumía un cordero después de sacrificarlo.
Jesús como buen israelita fue al Templo a Fiesta de
la Pascua, y se encontró con que dentro del Templo había muchos
comerciantes y vendedores de animales que servirían para el sacrificio.
Esto molestó mucho a Jesús pues la Casa de Dios no es comercio
sino una casa de oración (Juan 2,16). Esta actitud de Jesús
nos muestra una cosa: Jesús tiene autoridad en el Templo, Él
es Dios, por eso decide poner orden al interior.
La lectura debe motivarnos a reflexionar cómo es nuestra
actitud en el Templo. Qué le agrada a Dios y qué le disgusta.
Cuáles son las intenciones con las que asistimos.