LA SANTA IGLESIA CATÓLICA
(Mateo 16,18)
Toda la vida de Jesucristo
estuvo orientada a fundar su Iglesia. Pueden distinguirse en ella los siguientes
momentos: 1) preparó su fundación instruyendo a sus discípulos
y a sus Apóstoles durante tres años, haciéndoles aptos
para la predicación de su doctrina; 2) fundó la Iglesia cuando,
después de haber instruido a un número amplio de discípulos
(Lucas 6,17; 19,37-39), de entre ellos elige a doce "para que estuvieran
con Él y para enviarlos a predicar" (Marcos 3,13-14); 3) constituyó
definitivamente a la Iglesia en la Cruz, santificándose por su pueblo.
Jesús sella con su sangre la nueva y definitiva alianza entre Dios
y los hombres, constituyendo a su Iglesia como realidad eficiente de salvación
y como signo eficaz para conseguir esta salvación.
Los Apóstoles comenzaron a cumplir la
misión que Cristo les confió el mismo día de Pentecostés,
con éxito tan admirable que San Pedro convierte ese día a 3,000
personas con su primera predicación (Hechos 2,41) y más adelante
a 5,000 con la segunda (Hechos 4,4).
Los Apóstoles se esparcieron por todo
el mundo, e iban fundando comunidades cristianas donde predicaban. Estas
comunidades eran regidas por Obispos consagrados por ellos, y estaban unidos
entre sí por una misma fe, unos mismos sacramentos y un mismo jefe
común: San Pedro y sus sucesores.