La vida es un bien, y
el más alto en el orden natural. Sólo Dios da la vida; sólo
Dios puede tomarla. El quinto mandamiento prescribe conservar y defender
la integridad de la vida humana propia y ajena. Prohíbe todo cuanto
atenta a la integridad corporal personal o del prójimo.
1) Transmisión y conservación de la vida. Los pecados contra
esto son: a) esterilización, b) anticoncepción (Génesis
38,18), c) aborto procurado, d) manipulaciones genéticas, e)
fecundación artificial y
f) eutanasia.
2) Pecados contra el amor y el respeto al propio cuerpo: a) amor desordenado
al propio cuerpo, b) el suicidio, c) la mutilación, d) la embriaguez
y e) el uso de drogas.
3) Pecados contra la vida de los demás: el homicidio y el atentado
(Éxodo 21, 12).
Casos en que es permitido dar muerte: a) legítima defensa,
b) la guerra.
El quinto mandamiento prohíbe no sólo matar, sino
todo lo que va en contra de la integridad de la vida ajena: heridas, peleas,
venganzas, buscar o no impedir el sufrimiento de los demás, etc.
(Escuela Cima)