SÉPTIMO MANDAMIENTO
No Robarás
Marcos 10,21
El Séptimo mandamiento ordena
hacer buen uso de los bienes terrenos, y prohíbe todo lo que atente
a la justicia en relación a esos bienes. Al leer esta escena evangélica
(Marcos 10,21) hemos de aprovechar para examinar nuestra propia vida: ¿estamos
apegados a los bienes que tenemos?, ¿cuidamos y respetamos las cosas
de los demás?, ¿hacemos uso indebidamente de lo que no es nuestro?,
¿nos preocupamos de modo práctico de aquellos que tienen menos
que nosotros?.
Lo mismo ha de decirse de las cosas públicas, que hemos
de cuidar y respetar, pues no pueden estropearse por negligencia de los ciudadanos.
Pero no se trata sólo de no robar: además de hacer buen uso
de nuestros bienes, Jesucristo quiere que los compartamos con quienes tienen
necesidad.
Pecados contra el séptimo mandamiento: robo, rapiña.
fraude, usura, despojo, plagio, injusta detención de cosas o bienes,
daño injusto a la propiedad privada.
Los casos en que es permitido tomar los bienes ajenos: extrema
necesidad y la oculta compensación. Restituir es la reparación
de la injusticia causada, y puede comprender tanto la devolución de
la cosa injustamente robada como la reparación o compensación
del daño injustamente causado. Jesús bendijo a Zaqueo por su
resolución: `Si en algo defraudé a alguien, le devolver‚ el
cuádruplo" (Lc. 19, 8). La Sagrada Escritura lo afirma expresamente:
“si el impío hiciere penitencia y restituye lo robado tendr la vida
verdadera” (Ez. 33, 14-15). Otros textos análogos son: Ex. 22, 3; Lc.
19, 8-9.